Un documental sobre ruedas

REPORTAJE: TEATRO. Cargo Sofia-Madrid

Von Javier Vallejo

12.05.2007 / El Pais

Quitémosle al teatro la ficción dramática y los intérpretes profesionales, y quedarán la realidad monda y el placer de manipularla. El director suizo Stefan Kaegi (Soleure, 1972) aplica a su trabajo con el colectivo experimental Rimini Protokoll el mismo sistema que usaba como periodista: selecciona temas con chicha, los documenta exhaustivamente y los lleva a escena con cierto ingenio. Los protagonistas de sus montajes son gente corriente y moliente que reproduce ante el público lo que lleva haciendo durante toda su vida: conducir un camión frigorífico, jugar con trenes en miniatura, conversar con sus mascotas... A veces Kaegi da en la diana y a veces se estrella, pero no para. En España apenas sabíamos de él hasta que hace dos meses el Teatre Lliure presentó Mnemopark, espectáculo interpretado por especialistas en modelismo ferroviario. Kaegi encargó a un grupo de jubilados que reprodujera el paisaje suizo en una maqueta de 10 metros de ancho por ocho de fondo, colocó microcámaras en las ventanas de los vagones y embarcó al público en un viaje en tren por una Suiza a escala 1:87. Sus montañas, proyectadas en pantalla grande en tiempo real, parecen auténticas hasta que por detrás de alguna asoman sus gigantescos artífices. El director mezcla tomas de la maqueta, de parajes reales y de películas de Bollywood rodadas en los Alpes, mientras una actriz desgrana datos sobre las subvenciones ganaderas y el turismo indio e ironiza sobre la cara oculta de su país.

A Kaegi le interesa hacer de la calle un escenario. En Torero-Portero, creado en Buenos Aires, escogió tres porteros de entre cuarenta candidatos, los puso en una acera de una calle céntrica a hablar de su oficio, y transmitió sus palabras mediante inalámbricos al público acomodado dentro de un escaparate de la acera de enfrente. Puesto a buscar intérpretes naturales, ¿por qué no entre otras especies? En ¡Sentate! (léase sin tilde en la "e", con acento argentino y en tono conminatorio), puso en escena a catorce conejos, dos tortugas, un perro, una iguana y cuatro humanos, que intentaban poner orden en la desacompasada actuación de sus mascotas. Antes había montado un congreso de evasores de impuestos y reproducido durante 18 horas una sesión del Bundestag, con ciudadanos de Bonn.

Los protagonistas de Cargo, viaje documental que Kaegi estrena el 15 de mayo en Madrid, tienen callo en los dedos. Los camionerso Ventzislav Borissov y Nedyalko Nedyalkov hacían rutas eternas en los años ochenta entre Sofía, Nijni Novgorod y Teherán. Ahora las hacen por la CE. Se conocen al dedillo cada kilómetro de autovía. En el interior de su camión frigorífico, cuyo costado izquierdo ha sido sustituido por un ventanal, hay una grada desde donde 54 espectadores observan la ruta sin ser vistos. Durante las paradas en la estación ferroviaria del Abroñigal y en Mercamadrid, "expertos de lo cotidiano" (eufemismo que Kaegi usa para denominar a los trabajadores) explican al público su labor. Cargo Madrid-Sofía será un documental, pero su director no renuncia a la teatralidad: un descapotable hace adelantamientos de película, y, en cada rotonda, una mujer búlgara canta melodías nostálgicas a sus compatriotas del volante.

 

© Diario EL PAÍS S.L. - Miguel Yuste 40 - 28037 Madrid [España] - Tel. 91 337 8200

© Prisacom S.A. - Ribera del Sena, S/N - Edificio APOT - Madrid [España] - Tel. 91 353 7900


Projekte

Cargo Sofia-X