Diálogos a-distancia. Conexiones creativas entre Chile y Alemania – Parte 3

Von Mauricio Barría

13.07.2018 / Fundacion Teatroamil

www.fundacionteatroamil.cl

Qué conexiones, urgencias o búsquedas pueden existir entre creadores chilenos y alemanes? Mauricio Barría, director, dramaturgo y académico, explora las preguntas y apuestas que atraviesan la creación teatral de hoy, un síntoma que lo vuelve a conectar con su lado político. En estas cartas desde Leipzig, el académico se aproximará al espíritu de una época a través de tres obras de destacados artistas alemanes, tres urgencias y estrategias en correspondencia: hoy es el turno de Staat 1-4, el último trabajo de Rimini Protokoll.

El pasado 1 de marzo se estrenó en Berlín el último trabajo de Rimini Protokoll. Obra que, en realidad, es la reunión de cuatro piezas que dialogan en torno a un proyecto común, pero que han sido estrenadas y producidas independientemente. Lo de Berlín fue el estreno de estas cuatro partes en una misma ciudad y en un mismo lapso de tiempo.

Todas ellas, sin embrago, comparten una urgencia: la pregunta por el rol del espectador /ciudadano como observador o como participe de la construcción de una sociedad atravesada por procesos de globalización, digitalización e inseguridad.

Top Secret International (Staat 1). Es un audiorecorrido que trabaja sobre el espacio del Nuevo Museo de Histórico de Berlín, en la que una serie de expertos, en este caso, personas vinculadas a Servicios secretos, ex-agentes, abogados de derechos humanos o un disidente chino hablan del poder en la oscuridad de estas agencias de inteligencia, y de la trama invisible que arma las agendas ocultas de los Estados. Los relatos se contrastan de manera potente con el espacio histórico, generando en el auditor asociaciones inesperadas. Al final uno piensa: dónde reside el poder, qué sentido tiene aún la idea de soberanía, hasta qué punto las llamadas democracias liberales son democráticas y libres.

Society under Construction (Staat 2). Un recorrido o tour por lo que aparenta ser un sitio en construcción. Hay ocho estaciones o miradores. Los participantes son repartidos en grupos y cada uno de ellos instalado en una estación. Inicia el tour cada cual desde su lugar de origen. El resultado es una extraordinaria dramaturgia espacial en la que continuamente estamos experimentando los sucesos de la Estación actual, y al mismo tiempo somos testigos de lo que sucede en las otras estaciones por visitar y las ya visitadas, como en cada punto se nos entrega un equipamiento determinado entre el que, siempre, consta un par de audífonos, los relatos que arman cada punto se constituyen siempre en la figura de esta grandiosa circulación rizomática de fondo. Es un potente ejercicio de producción de punto de vista, en el que transitamos de la mera contemplación a la encarnación de los mismos. Son ocho relatos de diversos expertos cotidianos: un abogado especialista en redacción de leyes que practica tai chí, un migrante de Europa del este que trabaja ilegalmente en construcción, un experto de control de pestes que nos habla de las sociedad de las hormigas y su parecido a la humana; una bailarina china inmigrante que debe ejercer como obrera en una construcción, un arquitecto que desarrolla tecnologías constructivas sustentables en países del tercer mundo, una gerente de inversiones de una importante compañía alemana, un experto en tema de transparencia internacional, un diseñador que trabaja en el aeropuerto de Berlín. Es decir, diversos oficios que nos presentan una imagen de la construcción de las sociedades contemporáneas y su complejidad. La metáfora de la colonia de hormigas pasa a ser sumamente pertinente, pues por un instante nos situamos en un panóptico para observar aquello en lo que estamos diariamente como el pez en el agua: cómo funciona el mundo, en la metáfora de un sitio de construcción; cómo operan las redes de influencia, el lobby, cómo funciona el mercado inmobiliario y cómo todo ello, que nos afecta directamente, sin embargo, pasa como por arriba de nosotros. ¿Es posible para el individuo común comprender el funcionamiento de esta maquinaria que ya no sucede a escala humana? ¿Cuál es la escala de los acontecimientos? Lo notable, sin embargo, de Staat 2 es que aquí la participación ya no está mediada por la tecnología ni por relatores. Acá la participación se realiza, en el cuerpo atento y la cercanía cómplice. Aquí los expertos se convierten en confesores    que nos hablan al oído algo que les es urgente decir, porque tiene que ver con sus propias vidas como sujetos de la historia. Aquí el laboratorio se torna interactivo como el de una comunidad de indagación, no somos meros espectadores de un theatrum anatomicum. Aquí participar es comprender La pregunta por la escala de esta comprensión se encarna amplificando su inquietud. Para mí, lejos, el mejor momento.

Dreaming Collectives. Tapping Sheep (Staat 3).  Es una suerte de juego que trabaja bajo el presupuesto que en un futuro próximo la sociedad estuviese dirigida por una Inteligencia Artificial la que administra el gobierno por medio de plebiscitos electrónicos. El juego opera por medio de una interface digital en la que nuestra participación se reduce a marcar puntos de acuerdo y desacuerdo respecto a determinadas preguntas y cuyas respuestas, convertidas en datos estadísticos, va agrupando a los participantes en diversos estamentos y clases. Obra que va en la línea de Dominio Público de Roger Bernat, que nos invita reflexionar sobre el impacto y posibilidades de una democracia cibernética como respuesta a la actual crisis de representatividad que la define hoy, o acaso un simulacro de participación.

Davos State of the World (Staat 4). Cada año en una pequeña ciudad montañosa de Suiza, Davos, tiene lugar el Foro económico mundial –World Economic Forum (WEF)-  en donde aparte de sus miembros (grandes empresarios) invitan a intelectuales y a los principales presidentes del mundo a debatir sobre nuestro futuro. La metáfora del poder en esta última pieza deviene completamente transparente. La obra nos propone un juego de simulación: hemos sido invitados a una sesión de este Foro en la que cada uno de nosotros los espectadores somos un avatar de uno de los participantes reales, al que conocemos a través de un Dossier que se encuentra en cada uno de los asientos de la Sala. El espacio simula ser una gran arena de circo o foro, y nuestros anfitriones 5 o 6 personas que tienen una relación directa con el Foro, sea porque trabajan en su organización o porque han sido parte de él. Por medio de este Dossier nos enteramos de quien es quien: que empresa representa, de que país y cuáles han sido sus ganancias en el último año. Los anfitriones en tanto nos hablan del Foro, reflexionan sobre su conformación, por ejemplo, la exigua cantidad de mujeres que participan, o la escasa representación de continentes como África o Latinoamérica. Simulamos ejercicios económicos en los que debemos decidir dónde invertir, y cuáles son las consecuencias de aquello, intercambiamos opiniones con nuestros colegas avatares, etc. Tal vez una de las experiencias más inquietantes, especialmente porque nos permite comprender un determinado funcionamiento del poder real. Como es propio de los trabajos de Rimini Protokoll, la experiencia no plantea un punto de vista único o determinado, los expertos-anfitriones se limitan a describir el funcionamiento o narrar anécdotas significativas, constituir un punto de vista es tarea del participante. Más que ninguna otra de las piezas, Staat 4 se convierte en un laboratorio de investigación social cuyo fin es llegar a comprender, simplemente comprender, el complejo funcionamiento de las redes poder que administran nuestras vidas reales.

Cuatro piezas, cuatro políticas de la participación. Parece ser ésta la pregunta que apremia en el proyecto Staat 1-4. Qué significa ser ciudadano todavía, de qué Estado, de qué política. El teatro otra vez vuelve a proponer el lugar del debate, vuelve a encarnar la urgencia, vuelve a ser un laboratorio colaborativo de la imaginación social.

Rimini Protokoll (Helgard Haug, Stefan Kaegi y Daniel Wetzel) lleva trabajando como un equipo desde el año 2002. En el foco de su trabajo está el desarrollo continuo de las herramientas del teatro para permitir perspectivas inusuales en nuestra realidad. A través de la búsqueda, audiciones públicas y procesos conceptuales, dan voz a “expertos” que son actores no profesionales, pero que tienen algo que contar. Bajo la etiqueta Rimini Protokoll desarrollan sus proyectos en diferentes constelaciones.


Projekte

Staat 1-4